¿Ha decidido deshacerse de ese viejo yeso del interior? Ya sea para modernizar su espacio o simplemente porque ya no se ajusta a sus gustos, este tipo de trabajo puede parecer desalentador. Pero tranquilo, no es una misión imposible. Con los métodos adecuados, un poco de paciencia y un poco de esfuerzo, puedes tener las paredes lisas y listas para una nueva decoración. Así que, ¿empezamos?
Empieza por conocer tu revoco
En primer lugar, tómese su tiempo para entender qué tiene en sus paredes. Cada tipo de enlucido tiene sus particularidades. Ya sea en relieve, liso, pintado o rugoso, esto influirá en el método que adopte. Un enlucido fino aplicado sobre una pintura frágil requerirá más cuidado que un enlucido grueso firmemente anclado a un muro de hormigón. En resumen, saber a qué se enfrenta le ahorrará tiempo. Incluso puedes hacer una prueba en una zona pequeña antes de lanzarte de cabeza a la operación. A veces basta con un simple raspado manual para deshacerse de él, pero otras veces es otra historia. Así que lo mejor es estar preparado. No todos los yesos son iguales. Si es un enlucido fino y decorativo, aplicado con llana, será más fácil de quitar. Pero si se trata de un enlucido grueso, o incluso de cemento, prepárate para un reto algo más difícil. Cada tipo de revoco tiene sus propias limitaciones, así que es mejor saber en qué te estás metiendo antes de empezar.
¿Qué herramientas te facilitarán el trabajo?
El bricolaje es como la cocina: las herramientas adecuadas marcan la diferencia. Para quitar el yeso, aquí tienes lo esencial:
- Una espátula resistente (a veces funciona mejor una rasqueta).
- Un pulverizador o una esponja para humedecer las superficies si es necesario.
- Un cincel y un martillo para las zonas más difíciles.
- Una lijadora eléctrica o papel de lija para el acabado.
- Una pistola de calor
Y, por supuesto, no descuides tu seguridad. Guantes, gafas y una mascarilla antipolvo son tus mejores aliados para evitar cualquier inconveniente. Sí, es menos glamuroso, pero tus pulmones te lo agradecerán.
Créeme, no querrás acabar con polvo y trozos de yeso por todas partes. Protege el suelo con una lona. Pon cinta adhesiva en los rodapiés y, si es posible, vacía la habitación por completo. Sí, es un poco tedioso, pero te ahorrará muchos problemas más adelante.
Técnicas para deshacerse de ella
Pasemos a los métodos. ¿El método clásico? Un martillo y un cincel. Sencillo y eficaz, sobre todo para el yeso grueso. Ataca los bordes, despega el revestimiento poco a poco y trabaja en pequeñas secciones. Hay que reconocer que es un trabajo físico, pero funciona.
Si tiene que tratar grandes superficies, considere la posibilidad de utilizar una decapadora eléctrica o una lijadora. Sí, es más ruidoso, pero francamente, ahorra un tiempo precioso.
Para los enlucidos más finos o a base de yeso, puede resultar útil otro método: humedecer.
Humedecer: un método suave
Algunos enlucidos reaccionan muy bien a la humedad.
Si el suyo no está pintado, pruebe a rociar una pequeña zona con agua. Déjalo actuar unos minutos y luego rasca con una espátula. Verás que a veces se despega como si fuera mantequilla. Sin embargo, si tus paredes son de yeso, no insistas demasiado. Nadie quiere acabar con la pared empapada. Humedece generosamente la pared con una esponja o un pulverizador, espera unos quince minutos y rasca con una espátula. La superficie se volverá más flexible y te ahorrarás mucho esfuerzo. Pero ten cuidado si tus paredes son de pladur. Demasiada agua y corres el riesgo de dañarlas. Ve con cuidado.
También existen productos especiales para ablandar el yeso. Es una solución práctica, sobre todo si no quieres pasarte horas fregando o lijando. Estos productos se aplican con un rodillo, esperas a que hagan efecto y luego los rascas. Es cierto que es un poco más caro, pero para algunas personas, el tiempo y el esfuerzo que se ahorran merecen la pena.
Lijado: ruidoso pero formidable

Para los enlucidos más duros, nada mejor que una lijadora eléctrica. Sí, es un poco ruidosa y levantarás mucho polvo, pero el resultado merece la pena. Recuerda proteger bien la habitación y ventilar para evitar convertir tu casa en una nube de partículas.
Cubrir en lugar de quitar
¿Y si quitar el yeso no es una opción? Puedes optar por una solución más rápida: cubrirlo. Aplica un enlucido alisador o instala pladur. Este método es ideal si buscas un resultado rápido y limpio. En el lado negativo, puede que pierdas algunos milímetros de espacio habitable, pero sigue siendo una solución elegante.
Después del trabajo: acabado
Una vez retirado o revocado el revoco, hay que mimar las paredes. Rellenar agujeros, lijar para alisar irregularidades, aplicar una capa de fondo para preparar la pintura o el papel pintado… Estos pasos son cruciales para conseguir un acabado final impecable.
Es el momento de dar rienda suelta a su creatividad: pintura de colores, papel pintado de moda o incluso un revestimiento decorativo para un efecto moderno. Te habrás ganado ese momento de satisfacción cuando todo haya terminado.
En conclusión: no es tan complicado
Eliminar el enlucido de interiores requiere un poco de preparación, algunas herramientas básicas y, sobre todo, paciencia. Pero el resultado merece la pena. Tus paredes transformadas darán nueva vida a tu interior.
Entonces, ¿estás listo para empezar? Y quién sabe, quizá descubras que el bricolaje también tiene su lado satisfactorio. Ponte manos a la obra.





